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Artista polifacético, Vico Lacosta ha guerreado y experimentado en varias facetas culturales como el ya mencionado teatro, en literatura como poeta, novelista y cuentista, así como en pintura, actividad a la cual nos abocaremos ahora.
Discípulo del artista plástico argentino Roberto Volta, comienza sus estudios de pintura en el año 1975. Luego de un año deja el taller para comenzar su búsqueda atravesando por distintos estilos, como el clásico, lo figurativo, el surrealismo, con influencias de Salvador Dalí, Vito Campanella, De Chirico y otros, hasta encontrar una mezcla de surrealismo con futurismo, con elementos metálicos y robóticos.

Durante una etapa de búsqueda la influencia del pintor suizo Gigger se hace notoria, hasta casi desaparecer, pero dejando su impronta, como el uso del aerógrafo, el cambio de colores en la paleta, y la forma de composición.Carlos Vico Lacosta ha sido galardonado con el segundo premio de pintura en la Biblioteca González Tuñon de Villa Ballester y ha realizado exposiciones en Casa de la Provincia, Casa de Cultura Vicente López, Sociedad Cultural Leopoldo Lugones de Buenos Aires, Argentina y en el Museo de Arte Contemporáneo, Asociación Cristiana de Jóvenes y el Consejo Deliberante de Montevideo, Uruguay.
Como parte del adentramiento en sus visiones oníricas y pictóricas hemos dispuesto de las imágenes de sus óleos más representativos para decorar éste número de la revista. Cuadros como “El abrazo cósmico” que refleja la concepción de Vico sobre un tema tan recurrido como es el amor, la comunión hombre-mujer y la robotización de las relaciones humanas; “Libertad”, grito desesperado que denuncia la esclavización de los hombres mediante su trabajo, la imposibilidad del recreo humano, el deterioro de la conciencia y la enajenación espiritual; “Pitonisa”, homenaje sublime a la mujer, a la musa, denotando la visión aerodinámica del ojo interno que punza de manera felina, sagaz e inmaculada, viviendo etérea desde el origen de la inteligencia, esfera que engloba el pensamiento universal de lo fémino y sus posibles deterioros; “Energía Vital”, adentrándose obsesivamente en la comunión hombre-mujer, siendo quizá –según la óptica con que se enfrente- antecedente o subsiguiente de “El Abrazo Cósmico”, pero con un matiz bidimensional, conciencia-esencia, protección-resguardo de los complementos sexuales opuestos; “Tutankamon”, pintura que a titulo personal, encuentro como la de mayor grado de dificultad en la interpretación, ya que puede hablar de la admiración de Vico por la cultura egipcia o, quizá –y aventurándome demasiado- se trate tan sólo de una visión que refleja el paso del tiempo y el reclamo de la historia y los ancestros.
Para contactactar con el pintor, ponemos a su disposición su dirección electrónica: carlosv86@hotmail.com


Fernando Labastida F.
De la Revista "Barco ebrio a la Deriva" (Grupo Latinoamericano de las Letras)

1 comentario:

Yodiray dijo...

El pintor no es un ser inspirado, sino alguien en condiciones de inspirar a los demás."

“Salvador Dalí”